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miércoles, noviembre 5, 2025
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Jorge Ramos Ávalos / El segundo debate

Jorge Ramos Ávalos

Primero lo obvio. El segundo debate casi nunca tiene el mismo impacto que el primero.

Igual como ocurre en muchas familias con el segundo hijo. Se le quiere tanto como al primero. Pero el factor sorpresa ha desaparecido y no todo es nuevo. Uno ya sabe por dónde vienen los trancazos y los lloriqueos. Y se duerme un poquito más.

Por eso va a ser difícil para Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez quitarle a Claudia Sheinbaum la delantera en las encuestas. Aunque hay dos posibles escenarios que pudieran trastocar esa cuasi-religión de los morenistas de que volverán a ganar el Palacio Nacional. Una, que haya un ataque o una acusación tan seria contra Claudia que domine las redes sociales y modifique el resto de la campaña. Y dos, que Sheinbaum cometa un error tan grande que se desmorone -y es la palabra correcta- su imagen imperturbable de ganadora. Pero si aparece tan controlada como la última vez, le bastaría con no perder.

Horas después del primer debate entrevisté a Xóchitl y ella se quejaba de que Claudia ni siquiera se dignó a mirarla. Tampoco a Máynez. Esa es una estrategia de ninguneo que utilizan algunos candidatos cuando van muy adelante, aunque corren el riesgo de alejar a los votantes indecisos que esperan un debate civilizado, viéndose a los ojos, y holas y adioses dándose la mano.

Claudia “no volteaba ni cuando hablé de la Línea 12”, me dijo Xóchitl, refiriéndose al accidente del 2021 en el Metro en el que murieron 26 personas y cuya responsabilidad nunca se ha aclarado totalmente. “Yo diría que en un país civilizado donde hay justicia, una persona que no hace su trabajo no debería ser la candidata a la Presidencia de la República”.

Pero Xóchitl no se lo dijo así a Claudia en el debate. ¿Por qué? “Me sentí frustrada”, me explicó, y luego se quejó del formato del primer debate que, según ella, no fue el aprobado y no le permitió confrontar a la puntera. Cierto o no, el resultado fue que Claudia se declaró la ganadora del debate y Xóchitl no.

Regla número uno: quejarse del formato del debate o de los moderadores no es la manera de ganar la Presidencia. La recomendación más trillada -y cierta- de los expertos para los candidatos es: sé tu mismo. Xóchitl no lo fue la primera vez. Ahora tendrá una segunda oportunidad.

Álvarez Máynez también la tiene difícil. Él cree que en el primer debate “ganaron las ciudadanas y los ciudadanos que hoy tienen más elementos para compararnos”, según me dijo en una entrevista. Pero su principal reto es luchar contra la percepción de que una mujer será la próxima presidenta de México. “Creo que es tiempo de mujeres en la agenda”, reconoció, pero “creo que las personas eligen ahora no en base a un género, y eso es un gran avance en términos de igualdad”.

La principal fortaleza y vulnerabilidad de Sheinbaum es la misma: el presidente López Obrador. La he escuchado decir varias veces que no va a separarse de él ni de sus ideas. Efectivamente, AMLO es un Presidente muy popular y ha hecho todo lo posible para que Claudia gane. Pero los fracasos en el gobierno de López Obrador son tan claros -desde la militarización del país y la erosión de la democracia hasta las altísimas cifras de violencia y la expansión del control de los cárteles en muchas partes del país- que en un momento dado Claudia se tendrá que separar de él y de su sangriento legado.

Pero todavía no. Sería un suicidio político. Por eso Sheinbaum defenderá al actual gobierno hasta que AMLO esté a una sana distancia. Y eso no va a ocurrir antes del 2 de junio.

Como en toda campaña, estamos en tiempos de gritos y sombrerazos, y las mentes claras y frías no suelen prevalecer. Sin embargo, el debate de mañana, aunque tenga un volumen alto, no promete cambiar las cosas. Va a ser un juego de maniobras y empujones para ver quién se tambalea y parpadea primero.

Posdata. Acabo de ver una encuesta de BSP Research con mexicanos en Estados Unidos elegibles para votar en México y los resultados son muy interesantes. Para un 47% la violencia es el tema más preocupante en México, el 63% está de acuerdo con la Presidencia de AMLO y, si la elección fuera hoy, un 44% votaría por Claudia y un 29% por Xóchitl. Nos faltó nuestro debate en Los Ángeles con nuestras propias preguntas. Ya será para el 2030.

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