Breviario
A diferencia del 2018 cuando más de 30 millones salieron a sufragar, el júbilo de alegría respaldó la decisión de los mexicanos, desde temprano ahora, las multitudes de propios y extraños, celebraban, hoy no fue así, ¿qué pasó?
Con prácticamente 6 años de mentiras, todo se puede esperar, los números oficiales ahí están, de una manera extraña nada clara para el que piensa y razona.
¿Hubo arreglos a nivel nacional? Digo; en el pasado los hubo, mucho que reflexionar.
Con campañas políticas ensangrentadas, con la violencia a todo lo que dio, con los escándalos de corrupción de candidatos, la pregunta se la hace mucha gente, ¿qué pasó realmente?
Quizá en 20 años muchos ya no vamos a estar en el planeta, quizá las nuevas generaciones, habrán de enterarse de lo ocurrido en el 2024, situación que servirá para los partidos políticos en su momento, para hacer corridos musicales y series de televisión.
Con un árbitro electoral manipulado, ¿cómo poder tener confianza, ante las dudas que surgieron el día de la elección, las caras largas de quiénes ganaron, obligan al individuo a pensar, ¿qué hicieron, ¿cuál fue la mano que meció la cuna?
La tecnología de punta no funcionó, la principal prueba, fue la tardanza para dar resultados, con titubeos por parte de la presidenta consejera, a fin al presidente de México en turno.
Las declaraciones del líder nacional del partido oficialista, asegurando carro completo, con cara larga, sin convencer.
Las multitudes, no salieron a festejar el triunfo, ¿¿que raro no??
Se puede hacer una larga lista, de las anomalías previas a este proceso, que solo servirán para el análisis y un posible cambio en 6 años, aunque; quizá la próxima elección, sea abiertamente manejada por el gobierno, puesto que ahora se hizo un ensayo.
Cada quien deberá pensar y reflexionar, y en todo caso, salir a festejar, por un sistema de salud decadente, caduco, por tanta inseguridad, por tantos escándalos de corrupción, y hasta ahorita, “con toda la libertad de salir a festejar”.